Silenciosamente, miles de millones de abejas están muriendo y nuestra cadena alimentaria se encuentra en peligro. Las abejas no solo producen miel, sino que también constituyen una gigantesca y sacrificada mano de obra a nivel mundial, encargada de polinizar el 90% de las plantas que sembramos.
Múltiples estudios científicos han culpado a un determinado grupo de pesticidas como principales responsables de su rápida desaparición. Cuatro países europeos ya han comenzado a prohibir dichos productos químicos, y las poblaciones de abejas se están recuperando.
Pero un número de compañías químicas muy poderosas están ejerciendo una enorme presión para lograr que estos venenos asesinos se mantengan en el mercado. Tenemos ahora una grandísima oportunidad para salvar a las abejas: ejercer presión sobre los EE.UU. y la Unión Europea impongan dicha prohibición.
Esta medida es crucial y provocaría un efecto dominó en el resto del mundo. No hay tiempo que perder. El debate está empezando a animarse. Y no se trata solamente de proteger a las abejas, estamos hablando de la misma supervivencia humana. Generemos un ensordecedor 'zumbido' mundial para que estos peligrosos productos químicos se prohiban en los EE.UU y en la UE, y así salvar a nuestras abejas
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